Alba de Tormes

Alba de Tormes
Vista de Alba de Tormes. Anton van den Wyngaerde, 1570.

domingo, 18 de octubre de 2015

IGLESIAS ROMÁNICAS. BENAVENTE (ZAMORA).

El pasado mes de marzo se celebró una nueva edición de los cursos que organiza el Centro Asociado de la UNED sobre el Románico en Zamora. Con la finalidad de no repetir temas ya tratados en las nueve anteriores, en esta ocasión se amplió tanto el ámbito de trabajo al Arte en general como el espacio geográfico a la Comunidad Autónoma; así, por ejemplo, hubo conferencias que trataron sobre la promoción artística de las Órdenes Militares en el entorno leonés o sobre el "maestro de la Virgen de la Calva" al servicio de la monarquía castellano-leonesa. 


El sábado 14 de marzo salimos a las 9 de la mañana en dirección a León para realizar una visita guiada a la Colegiata de San Isidoro. Aunque fue extremadamente interesante tanto por el magnífico y emblemático monumento visitado como por las sabias explicaciones del profesor Hernando Garrido durante todo el recorrido, no puedo plantearme siquiera hacer una crónica o reportaje fotográfico de cuanto vi y aprendí después de haber disfrutado hace poco tiempo con la excelente entrada dedicada a este tema por Sira Gadea en su blog "Viajar con el Arte". Una mala imitación de un formidable trabajo no tiene sentido alguno ni es medianamente razonable.
Finalizamos nuestra estancia en León y tomamos el autobús para dirigirnos a Benavente, donde estaba previsto realizar la comida y, ya por la tarde, continuar la sesión práctica con la visita a las iglesias románicas de San Juan del Mercado y Santa María del Azogue.

SAN JUAN DEL MERCADO.-




Aunque una columna informativa señala la fecha de 1182 como la del comienzo de las obras, seguramente debido a que está grabada en el pasaje que comunica la capilla mayor con la del lado del evangelio, algunos autores señalan que sería unos años antes por iniciativa de doña Aldonza Osorio, que posteriormente llegaría a un acuerdo con la Orden de San Juan de Jerusalén para ejecutar el proyecto a finales de 1181.
Lo que sí parece seguro es que las obras avanzaron lentamente y que sufrieron un parón en el primer tercio del siglo XIII, no reanudándose los trabajos de fábrica hasta finales del siglo XV o principios del XVI. Hay constancia de que a principios del siglo XVIII se hundió la iglesia, afectando gravemente a la cubierta de las naves, lo que propició el posterior realce de los muros en ladrillo y la sustitución de la armadura de madera por arcos y bóvedas. Ya en la cuarta década del siglo XX, ante el peligro de hundimiento, esas cubiertas fueron reemplazadas por la actual de par y nudillo.
El escudo bajo el óculo de la fachada occidental, actual acceso al templo, pertenece al Infante Don Gabriel, hijo de Carlos III y hermano de Carlos IV; fue Gran Prior de la Orden de los Hospitalarios en Castilla y León.



Tiene planta basilical de tres naves, más ancha la central, con tres ábsides semicirculares precedidos de tramo recto en el presbiterio, aquellos cubiertos con bóveda de horno y con bóveda de crucería los correspondientes tramos presbiterales.
Los respectivos arcos triunfales son doblados y apuntados, con moldura de bocel al exterior. En el ábside central, el hemiciclo está dividido en tres calles por semicolumnas adosadas, con ventana en cada una de ellas para iluminación, y en dos cuerpos por las correspondientes impostas, una bajo la línea de tres ventanas y la otra bajo la bóveda de cuarto de esfera.



Las bóvedas de crucería de los presbiterios descansan sobre ménsulas, decoradas generalmente con hojas grandes y carnosas, aunque en algún caso, como en la capilla de la nave sur a la que pertenecen las ilustraciones superiores, lo hacen con cabezas humanas o de animales.



Toda la Capilla Mayor, tanto la bóveda de horno del ábside, como la de crucería del presbiterio o los muros laterales del mismo, está decorada con pinturas muy posteriores a la de construcción de la cabecera. Destaca singularmente la correspondiente al Bautismo de Cristo en el cuarto de esfera.



La comunicación entre la Capilla Mayor y las laterales se establece mediante pasadizos con bóveda de cañón apuntado y arco decorado con bocel en zig-zag.
Tanto en estos pasadizos como en los tramos presbiterales y en el resto del templo se encuentran multitud de marcas de cantero, incluso más numerosas en el exterior.



Para finalizar con el interior de la iglesia, dejar constancia de algunas imágenes de devoción, como La Piedad, reubicada en la capilla norte y proveniente del monasterio de Jerónimos de la ciudad, ya desaparecido, o el Crucificado que preside la Capilla Mayor.



La portada occidental se utiliza actualmente como acceso al templo. La componen un arco de medio punto, que apoya en jambas lisas, y tres arquivoltas, que lo hacen en columnas; el arco está decorado con casetones, en los que se pueden identificar claramente un león y un cochino, además de un dragón, unas aves y diversos elementos vegetales.



Los capiteles, tanto de las jambas como de las columnas, también muestran decoración vegetal en su mayoría; destaca, no obstante, una cesta que se decora con la escena de una dama a las puertas de la ciudad despidiendo, o recibiendo, a un caballero que va, o viene, de la guerra.



Distintas edificaciones muy cercanas al templo impiden el acceso y la visión de su fachada norte, así como, casi, de la cabecera.
De los ábsides conviene destacar una imposta ajedrezada y la cornisa de arquillos trilobulados soportada por canecillos con forma de pirámide invertida y decorados con flores cuatripétalas, similares a los de la Portada del Obispo de la Catedral y de otras iglesias capitalinas, como Santa María de la Horta por ejemplo.



La portada de la fachada sur es lo más destacado del templo y una de las muestras más importantes de la escultura tardorrománica en la provincia de Zamora. De época postrerior son la bóveda y el arco apuntados que la protegen de las inclemencias atmosféricas.
Se compone de un arco de medio punto que corona un tímpano sobre mochetas y dos arquivoltas igualmente de medio punto, apuntada la exterior, decoradas con baquetones y escocia; tanto aquél como éstas se apoyan en columnas acodilladas que, en su parte superior, muestran seis imágenes representando personajes del Antiguo y Nuevo Testamento.




Las dovelas del arco están decoradas con la estrella que guió a los Magos emergiendo de nubes en la clave, a cuyos costados aparecen dos ángeles turiferarios y otros dos a continuación, todos ellos emergiendo igualmente de nubes.
En el lado izquierdo del espectador los tres Magos ante Herodes, al que acompaña un soldado con cota de malla, espada y escudo. En el derecho, los Magos durante el sueño, cuando son avisados por el ángel para que no vuelvan a informar a Herodes.



Completan la iconografía del arco una arpía en la primera dovela a la izquierda del espectador y un águila con las alas abiertas a la derecha.


En el tímpano se representa la Epifanía; los Magos ofrecen sus presentes ante una imagen del Niño Dios sentado en la rodilla izquierda de su Madre, en su iconografía de Trono de la Sabiduría, mientras San José está un poco separado en la típica actitud ausente o dormitando, apoyado en su bastón.




El tímpano se sustenta en mochetas que representan dos figuras del tetramorfos; a la izquierda del espectador, el toro símbolo del evangelista San Lucas. A la derecha, el símbolo del evangelista San Mateo, un hombre con alas surgiendo de un fondo de nubes portando en las manos un libro abierto, donde se puede leer la inscripción "Mateus, liber nacionis".
Más de un experto ve, fundamentalmente en esta mocheta, claras influencias compostelanas.



Los fustes de las columnas exteriores están muy decorados, no así los de las centrales. La decoración es vegetal, a base de florones, rosetas, hojas de acanto, tallos, etc.
Las basas reposan en plintos decorados con arcos ciegos, que recuerdan los de la Puerta del Obispo y los de otras iglesias de la capital, como Santiago del Burgo o San Ildefonso.


Las imágenes de la parte alta de las columnas representan, respectivamente y según los expertos, a Jeremías, por su gesto pensativo, a Salomón, personaje coronado que sujeta una filacteria, y el profeta Isaías.


En el otro lado, Moisés mostrando las Tablas de la Ley, el rey David con el Libro de los Salmos y San Juan Bautista con su atuendo de piel de camello.



Además de la antes mencionada en una de las dovelas del arco, en los capiteles de dos columnas también están representadas arpías, aquí por parejas con sus colas entrelazadas; al lado izquierdo del espectador, en el capitel sobre la figura del rey Salomón y, al lado derecho, en el capitel sobre la figura del Bautista.


En la jamba a la izquierda del espectador de la portada aparece una inscripción epigráfica de la que se han ocupado eminentes especialistas. Dado que se tiene que ajustar al ancho de la jamba, consta de once líneas que se leen perfectamente: una invocación en latín seguida de un texto en lengua romance.
Para Gómez Moreno constituye un "precioso monumento vetusto del habla leonesa" y considera que es coetánea a la portada; Máximo Gutiérrez Álvarez, por contra, piensa que es obra de finales del siglo XIII o de principios del XIV.
En cuanto al texto, todos los estudiosos están de acuerdo excepto la profesora Hidalgo Muñoz, que considera que el apellido que figura en el texto dice "AINSE" en lugar de "AIME".
" I(n) NOMINE PATRIS AM(en). AQESTA SEPULTURA MANDO FAZER GIRAL AIME E POR NYL OME NO SER TOLIDO". "En el nombre del Padre, amén. Esta sepultura la mandó hacer Giral Aime y por ningún hombre sea removida".
En cuanto a la identidad del personaje también se han expresado diferentes teorías; no obstante, lo que parece seguro es que era de nacionalidad franca. Diferentes Giral o Giraldo pertenecientes a esta influyente y numerosa comunidad son mencionados en distintos documentos; así, ya en la carta puebla de Fernando II en 1167, por ejemplo.

SANTA MARÍA DEL AZOGUE.-


Situada en el centro del casco histórico, el inicio de su construcción sería en torno a las últimas décadas del siglo XII, durante el reinado de Fernando II, que moriría en esta ciudad en 1188.
De tres naves y transepto marcado, su planta deriva de San Isidoro de León; destaca sobremanera su espléndida cabecera con cinco ábsides semicirculares escalonados. Los dos exteriores tienen una imposta sobre la ventana que se abre en el centro del tambor, mientras que los dos que flanquean el central tienen otra imposta más bajo la ventana. Dichas ventanas presentan un arco de medio punto sobre columnas acodilladas.
El ábside central, por su parte, presenta tres calles delimitadas por columnas de fuste liso con capiteles vegetales; en cada una de ellas, ventanas abocinadas con arco de medio punto y dos arquivoltas sostenidas por columnas acodilladas. Se articula horizontalmente en  tres cuerpos por medio de impostas.



Los capiteles de las columnas de las ventanas de los ábsides son vegetales, en su mayoría, pero también hay otros de entralazos  o con animales enfrentados vomitando tallos.





En lo referente a las cornisas, las encontramos con dos tipos de arquillos; unos son trilobulados y sostenidos por canecillos piramidales con hojas lanceoladas, deudores de la fachada sur de la catedral zamorana; los otros son de medio punto y los canecillos decorados con cabezas humanas y animales, fundamentalmente.


La poderosa torre se alza sobre el brazo norte del crucero; se levantó en época posterior, a finales del siglo XIII, cuando Sancho IV, en su afán repoblador, impulsó de nuevo la construcción del templo.



La portada norte se abre en el brazo correspondiente del crucero; se compone de un arco de medio punto sobre jambas, protegido con guardapolvo y tres arquivoltas, que descansan, respectivamente, en tres parejas de columnas acodilladas.



La decoración de las jambas es a base de felinos enfrentados en los frisos; verticalmente, el ángulo está biselado y decorado con distintos motivos, entre los que predominan los botones florales o estrellados, pero también se pueden apreciar pequeñas cabezas vomitando tallos.


En los capiteles de las columnas a la derecha del espectador se pueden apreciar dos arpías afrontadas y con las colas entrelazadas, en el central, así como diversos entrelazos, de los que surge una cabeza grotesca, en el exterior.


En los capiteles de las columnas a la izquierda del espectador, motivos vegetales y entrelazos muy parecidos entre sí.


El intradós del arco está decorado con motivos vegetales inscritos en casetones; cada uno de ellos es diferente de los demás: flores de cuatro pétalos, de ocho, totalmente circulares, etc.


La rosca del arco se decora con arquillos que conforman una especie de pinzas; esta decoración es deudora de modelos gallegos y asturianos.


La primera arquivolta está decorada con flores de cuatro pétalos lobulados, piñas a los costados y botón en el centro; se apoya en una cenefa decorada con palmetas.


La arquivolta central se decora por medio de arquillos de medio punto.


La arquivolta exterior, a su vez, se decora con boceles en zig-zag y mediacañas perladas; esta decoración se repite en el interior del templo.



Las marcas de cantero de diferente tamaño y formas variadas son visibles en todo el edificio, tanto en los sillares de los ábsides como en el crucero o las portadas.


En la fachada meridional, también en el correspondiente brazo del crucero, se abre otra puerta que es la que se utiliza habitualmente para acceder al interior del templo en la actualidad.
Abocinada, presenta arco y tres arquivoltas de medio punto sustentadas por las correspondientes columnas, guardapolvos y tímpano.


El tímpano se decora con la representación del Cordero Místico, inscrito en orla circular, y cuatro ángeles turiferarios; en el intradós del arco de medio punto, distintas composiciones florales y bolas.
Parece ser que las mochetas que lo sostenían fueron sustituidas por el dintel actual en el siglo XVIII, lo que propició el deficiente encaje actual de los dos ángeles superiores.
Algunos expertos, como Gómez Moreno, consideran que esta decoración puede relacionarse con San Isidoro de León, mientras otros opinan que deriva de la Catedral de Orense.




En la primera arquivolta encontramos un rostro barbado en la clave, seguramente representación del Padre, dado el lugar preeminente que ocupa y que está flanqueado a ambos lados por la representación del Tetramorfos, los símbolos de los cuatro evangelistas.



En los extremos, dos figuras femeninas se contraponen abiertamente; a la izquierda del espectador, Eva tratando de ocultar su desnudez, con hoja de parra a sus pies, la serpiente al lado y una rama de árbol con la manzana de la tentación sobre su cabeza.
Al otro lado, la Virgen completamente vestida con ropajes que sólo dejan ver sus pies, que se apoyan en una cabeza monstruosa vomitando tallos, posiblemente representación del mal.


La segunda arquivolta está decorada con flores de cuatro pétalos lobulados con botón central muy parecidas a las de la portada norte.
Otro tanto ocurre con la arquivolta exterior, decorada con bocel y arquillos de medio punto, también similares a los de la otra portada.
El guardapolvo o remate exterior, a su vez, está decorado con hojas de col, al parecer deudor del Pórtico del Paraíso en Orense.



Las columnas sobre las que apoyan las arquivoltas son de fuste liso y, entre ellas, las esquinas en bisel tienen adosadas una serie de florecillas y bolas, ya vistas en las jambas de la otra portada.
Los capiteles de todas las columnas presentan decoración vegetal.


Al lado izquierdo de esta portada hay un friso compuesto por seis arcos de medio punto sobre columnas; todo parece indicar que su primera utilización fue la de sarcófago, posterior y parcialmente reutilizado aquí.



Ya en el interior del templo es obligado comenzar con la Capilla Mayor. El arco triunfal de acceso a la misma es doblado y apuntado, lisa la rosca interna y decorada con arquillos de medio punto la externa; las columnas son de fuste liso y capiteles con decoración vegetal.
El tramo recto del presbiterio se cubre con bóveda de crucería, en la que se observan pinturas barrocas del último tercio del siglo XVIII; apea en ménsulas gallonadas similares a las del monasterio cisterciense de Santa María de Moreruela.
El retablo mayor es de estilo renacentista, rematado en forma de cuarto de esfera. Está realizado, dorado y estofado en la sexta década del siglo XVII, costeado por los propios feligreses. Además del banco o predela presenta tres cuerpos divididos en cinco calles. 



El absidiolo contiguo en el brazo sur del crucero, al que se accede desde la Capilla Mayor por un amplio vano de medio punto, cubre la zona presbiteral con bóveda de crucería simple, mientras que el más externo lo hace con bóveda de cañón apuntado.
Los arcos triunfales de estas capillas son también doblados y apuntados, pero en esta ocasión la decoración de la rosca externa es a base de boceles quebrados en zigzag y con bolas.
Lo más llamativo, en cambio, es que esta misma decoración se repite en las columnas cuadradas que soportan dichas roscas, así como en otras contiguas y adosadas al pilar de separación de las capillas.




Además de la decoración escultórica también se aprecia en la primera capilla decoración pictórica, tanto en la bóveda de cascarón como en el ábside, aunque muy deteriorada.
No obstante, sí se puede deducir que la figura del fraile a la derecha de la ventana representa a Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores, dado que, además del hábito dominicano, sostiene un báculo rematado en el emblema de la orden, con la mano derecha, así como una rama de azucenas blancas, símbolo de pureza, en la izquierda, iconografía habitual de dicho santo.
Por encima, junto a la bóveda de cuarto de esfera y a ambos lados de la ventana, también se aprecian dos escudos.



Es curioso observar que las dos capillas del brazo norte del crucero apenas están decoradas, como si las obras hubieran comenzado por el sur y los medios económicos hubieran sido progresivamente menores hasta que aquellas fueron paralizadas a comienzos del siglo XIII.
Sin decoración pictórica y arquitectónica, la estructura en cambio es idéntica: bóveda de cañón apuntado en el tramo recto presbiteral de la más externa y de crucería simple en la otra, con bóveda de horno cubriendo los hemiciclos.
Como todo templo parroquial debe atender a la administración de los Sacramentos a sus feligreses; la capilla más al norte, presidida por la talla de un Crucificado, alberga la pila bautismal.



Todo el crucero, que es muy pronunciado sobrepasando incluso las cinco capillas con un tramo recto a cada lado, se cubre con bóvedas de crucería simple, excepto el tramo más septentrional que lo hace con bóveda de cañón, tal como se aprecia en la ilustración superior tomada desde el lado del evangelio. Los arcos torales son, como todos en este templo, muy apuntados y ligeramente peraltados.
Enfrente de las capillas del brazo sur encontramos una pintura mural, bastante deteriorada, pero de colores muy vivos. En ella se aprecia una gran figura atravesando un río que debe corresponder a San Cristóbal, aunque se ha perdido la figura del Niño sobre su hombro. En la parte inferior, una figura con torso de mujer mirándose en un espejo parece ser una sirena. A la derecha, la figura de un monje.


Los cuatro primeros pilares son cruciformes y están dispuestos sobre un zócalo circular, con cuatro semicolumnas en los frentes y otras cuatro parejas de  columnas acodilladas de fuste menos grueso que debían recibir los nervios cruceros y los formeros doblados. Los últimos son mucho menos robustos y de base cuadrada. 
Los arcos formeros que separan las tres naves del templo son muy apuntados y ligeramente peraltados.


En el vano que comunica la Capilla Mayor con la inmediata por el norte se encuentra un relieve en piedra y policromado representando un Calvario; es gótico de principios del siglo XIV y pertenece a la escuela leonesa.


Más abajo, en una hornacina, la Virgen del Azogue, imagen románica primitiva y tosca, por lo tanto difícil de fechar, según señalan algunos expertos.



El conjunto escultórico más interesante, seguramente, es el de la Anunciación, formado por la imagen de la Virgen embarazada y el arcángel San Gabriel, que se apoyan en repisas góticas en los pilares del arco triunfal de la Capilla Mayor.
Como el Calvario ya citado, parece acertado atribuir estas imágenes a la mencionada escuela leonesa de finales del siglo XIII o principios del XIV y señalar su vinculación con otras esculturas de la provincia, tales como la Virgen de la Calva, en la Catedral de Zamora, o los conjuntos igualmente representando la Anunciación de la Colegiata de Toro y de la iglesia de La Hiniesta.


También digna de ser reseñada es esta obra escultórica que representa a Dios Padre sentado y sujetando a Cristo crucificado; aparte de haber perdido la cabeza del Creador, lamentablemente el tiempo hace que la policromía se vaya deteriorando paulatinamente.


Esta imagen de Santa María de Ventosa procede de una iglesia y parroquia con la misma denominación ya desaparecida, extramuros de la ciudad, próxima al río. Es, según algunos autores, la iglesia más antigua documentada (1178) en Benavente, remontándose sus orígenes, posiblemente, a antes de la repoblación de la villa. Fue derribada hacia mediados del siglo XV por el tercer conde de Benavente Alfonso Pimentel.
La talla de la Virgen con el Niño se puede fechar en el siglo XIV.



En la capilla más al sur recibe culto la patrona de Benavente, la Virgen de la Vega, conocida popularmente como la Veguilla por su pequeño tamaño y por el cariño que recibe de los fieles. 
Su fiesta se celebra el lunes siguiente al segundo domingo de Pascua.

Había ya oscurecido cuando abandonamos la villa y emprendimos el regreso a Zamora capital. Aunque había sido una jornada muy intensa y bien aprovechada, con maravillosas imágenes todavía recientes en nuestras retinas, ya contábamos con ilusión los días para la próxima visita a Urueña, Monasterio de la Santa Espina y, como remate, nada menos que Toro.
Pero esa será otra historia, otras imágenes y otras muchas fotografías.


FUENTES.-
  
- Todo el Románico de Zamora. Fundación Santa María La Real. Aguilar de Campoo, 2010.
- RÁBANOS GONZÁLEZ, M. Estudio artístico de Santa María del Azogue. Dialnet 1401825.
http://www.arteguias.com/benavente.htm
- http://www.arquivoltas.com/23-Zamora/02-BenaventeSJ1.htm
- http://masvalevolando.blogspot.com.es/2014/09/de-epigrafia-benaventana-ii-la-portada.html