El pasado mes de junio se han cumplido 45 años desde que nos impusieron las insignias como nuevos Antiguos Alumnos del Colegio María Auxiliadora de Salamanca; habíamos finalizado el Preuniversitario y cada uno de nosotros estaba dispuesto para comenzar una nueva andadura por caminos diversos.
En 1994 se cumplían, por tanto, las Bodas de Plata y para celebrar una efemérides tan señalada nos volvimos a reunir, acompañados de nuestras respectivas familias, un grupo numeroso; algunos ni siquiera nos habíamos vuelto a ver, porque las circunstancias nos habían llevado desde el primer momento fuera de la ciudad; otros, compañeros de facultad durante los estudios universitarios, la vida profesional también les había distribuido por toda la geografía española unos años más tarde. Lo cierto es que fue un reencuentro entrañable, vivido con intensidad.
Volvieron a transcurrir otro buen número de años hasta que decidimos que había llegado el momento de transformar estas reuniones tan alejadas en el tiempo en una costumbre más habitual. Así fue como, gracias a la dedicación y entusiasmo de uno de los componentes de la promoción, que se propuso localizar a una inmensa mayoría del grupo y luego organizar el encuentro en el Colegio, así como una posterior comida de hermandad en un restaurante cercano, el año 2009 se hizo realidad lo que en principio parecía una quimera.
El año 2010 la reunión fue un sábado en Zamora. Recorrimos el casco antiguo, visitando fundamentalmente el Castillo y más someramente la Catedral, la Magdalena y otros lugares emblemáticos de la ciudad. Acudimos a comer a un restaurante alejado unos kilómetros, en pleno campo, pero con buenas instalaciones; incluso algún compañero se "atrevió" a dar unos pases de salón en su plaza de tientas.
Aprovechamos para desplazarnos a Toro al día siguiente, domingo; además de un recorrido por la ciudad, acudimos a la bodega Liberalia, donde no sólo probamos sus excelentes vinos, sino que encargamos una barrica de crianza para el grupo. Fue una buena excusa para acudir en más ocasiones.
Unos meses más tarde, además de recoger el vino encargado y otros productos que ofrecía la bodega, fuimos a comer al restaurante La Fragua, muy cerca del Arco del Reloj, en pleno centro de Toro; entre distintos entrantes para compartir no faltó el "arroz a la zamorana", del agrado sobre todo de aquellos que no lo conocían.
Además de volver en otras ocasiones a fin de recoger la barrica de vino del año, también nos sirvió para visitar la Colegiata, donde el párroco de la localidad zamorana de Carbajales, excelente restaurador por otra parte y experto conocedor del templo, nos ilustró sobre la iconografía de la imponente Portada de la Majestad.
Una de las razones de ser de estas reuniones, además de la primordial de mantener vivos los lazos de amistad y compañerismo nacidos hace ya tantos años, es la de conocer nuevos lugares; pero también, y no menos importante, que tengamos la posibilidad de largas sobremesas tras degustar los excelentes productos de cada lugar. Así, en años sucesivos, aquellos que buenamente pueden en cada momento, hemos ido recorriendo Segovia, San Vitero y San Pedro de la Nave (Zamora), la Sierra de Francia, el Monasterio de Moreruela y, este año 2014, Alba de Tormes.
San Pedro de la Nave (2011)
Bodega Liberalia
La Alberca (2012)
Sierra de Francia (2012)
Riomalo (2012)
Sierra de Francia (2012)
Monasterio de Moreruela (2013)
Alba de Tormes (2014)
Como este año se cumplen 45 años de nuestra salida del Colegio, un número redondo, a tan solo un lustro de las Bodas de Oro, además de la visita a Alba de Tormes del pasado mes de junio, ya hay compañeros poniendo en marcha un nuevo evento para después del verano con toda ilusión y dedicación. Esperemos que en esta próxima ocasión el número de asistentes pueda incrementarse notablemente.
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